lunes, 12 de julio de 2010

Analizando el pretérito


Contadas veces decimos lo que pensamos, y muchas veces pensamos lo que decimos. Analizamos cada una de aquellos constructos comunicacionales que generamos a través del limitado lenguaje, siendo que, todo lo que ya se ha dicho, dicho está y se puede echar pie atrás en pos de redimir cualquier epíteto extraído de los labios de cada persona.
Es interesante como lo que se dijo, hizo o incluso cómo se actuó en tiempos anteriores al "hoy y ahora" influye tanto en dicho tiempo. Una leve mirada a un pasado del cual no me alegro, me hace caer en una profunda búsqueda de las causalidades de mis acciones o las casualidades del destino, el cual de azaroso no tiene NADA.
Epítetos inventados, un léxico personal al Alelar una oración que, hoy en día, según otras expresiones, no tienen validez, y sólo la generación de una hipérbaton constante en nuestras palabras es lo que construye el presente.
Sin embargo, cuánto pesa ese pasado? No es simple analizar mi propia búsqueda de motivos, pero más difícil aún es entender dónde estuve yo para evitar todos esos momentos que hoy pesan.
Analizar el pasado, para entender el presente y predecir el futuro. ¿Es mejor así? No, no lo es. Es mucho mejor dejar atrás el pasado, para vivir un nuevo presente y tener la incertidumbre extasiada de un futuro """desconocido""". Pero tal como un autor histórico, todo lo dicho pertenece a aquel hermoso lugar que no existe, a aquella Utopía en donde la razón fluye libremente. No habitamos allí, por lo que, el remontarse al pasado, no es tan sólo una practica constante en mi, sino también, algo muy necesario para vivir en la inherente No Utopía.

No hay comentarios: